miércoles, 5 de marzo de 2008

"NO ES PAÍS PARA VIEJOS"


En la pasada Gala de los Oscar del Cine, la gran triunfadora ha sido la película de los hermanos Cohen “No country for old men”, acaparando, entre otras, las codiciadas estatuillas por “Mejor Película” y “Mejor Actor de Reparto”, recayendo ésta última en las manos del español Javier Bardem, tal y como pronosticaban todas las quinielas previas al magno evento, así como el resto de premios que había ido acumulando meses antes por su extraordinario papel en este film.

No he tenido aún la oportunidad de ver esta película y reconozco que sé poco de su argumento, por no decir nada. Si algo me mueve a escribir esta entrada con referencias a “No country for old men”, deviene precisamente de su traducción al castellano: “NO ES PAÍS PARA VIEJOS”. Es un título que no me ha dejado indiferente desde la primera vez que lo escuché –de esto hace ya algunos meses- y que se ha colado muchas veces en mi mente para hacerme reflexionar sobre la pésima situación en la que viven muchos de nuestros viejos y viejas en nuestro país, esos a los que eufemísticamente se les define como “tercera edad”, como si el término “viejo” –al que yo le tengo le tengo un profundo respeto- resultase peyorativo.

El título de esta película trae a mis retinas las imágenes de un reportaje que vi en televisión, no hace mucho tiempo, en el que se mostraba la situación de personas ancianas que rebuscaban entre la basura de los mercados de fruta y verdura aquellas piezas que l@s tender@s desechaban por tener alguna tara, convirtiéndolas en productos imposibles para la venta al público. Me resultó especialmente llamativo el hecho de ver un documental de similares características a otro, que unos años antes había visto en relación a algún país de Centro América, donde los menores rebuscaban entre cubos de basura para encontrar el sustento de su núcleo familiar. En este caso más reciente y tan cercano –ahora les hablo de España- fue toda una sorpresa para mí comprobar como para algunas personas ancianas consistía en un verdadero ritual ir de mercadillo en mercadillo y así poder recoger del suelo, o de entre contenedores, unos cuantos tomates, pimientos, cebollas, piezas de fruta… Y todo ello, porque no sobreviven con la pensión que reciben del Estado, después de toda una vida trabajando.

Para bien o para mal, tengo la costumbre de ponerme siempre en el lugar del otr@, y he de reconocer que aquel esfuerzo de imaginación me causó bastante daño. De repente me vi como un anciano sin apenas dinero para pagar las facturas del teléfono, el agua o la electricidad, y mendigando unos tomates machacados contra el asfalto o unas patatas casi podridas para poder alimentarme…

Si éste no es tampoco un país para nuestros mayores…¿Qué esperanza podemos tener l@s jóvenes?


(JC)

viernes, 13 de julio de 2007

"TOLERANCIA" VS "RESPETO"



Una reciente entrada que ha escrito en su blog nuestra querida amiga June Fernández (periodista profesional donde las haya…), nos ha hecho escribir esta otra, en relación al tema que ella plantea: “Tolerancia VS Respeto”. Realmente, hemos leído comentarios que nos han sorprendido, de ahí que hayamos querido agregar este escrito aclaratorio, partiendo de la base de que desde nuestro punto de vista, ambos términos son correctos, siempre y cuando atendamos al contexto en el que son empleados.

En efecto, las palabras nos obligan a sintetizar, a organizar con mayor o menor rapidez nuestros pensamientos, y al pronunciarlas procuramos hacernos comprender. Pero en muchas ocasiones, tenemos dificultades para el intercambio multilateral de conceptos y opiniones. Unas veces, porque nuestr@ interlocutor/a no nos comprende, por mucho que nuestro mensaje sea objetivamente comprensible. Y otras porque el obstáculo reside en nuestro interior, en nuestra propia incapacidad de hallar la palabra precisa, bien por ignorancia u olvido, bien por las circunstancias del momento (nerviosismo, desgana...).

Pero hay situaciones en las que es el tipo de interlocutor/a que tenemos delante (rango, cualidades, cargo que ocupa, edad, posición...), lo que nos dificulta la posibilidad de expresarnos y nos hace rebuscar en nuestro “disco duro” la palabra precisa, y muchas veces queda la duda de haber o no acertado en nuestra elección...

Desde siempre hemos dado mucho valor a una correcta comunicación interpersonal, intentando, en la medida de lo posible, adaptarnos a las características de nuestr@ interlocutor/a, y aplicarnos –sin caer en la pedantería- esa conocida máxima de que “hay que hablar con propiedad”, especialmente en temas que así lo requieren, dado que el lenguaje es una forma en la que en mayor o menor medida, respetamos a la sociedad que nos rodea, con independencia de su condición sexual (palabra que se suele confundir con "opción"-y no nosotros no tuvimos la oportunidad de "elegir" nuestras hormonas...) o cualquier otra circunstancia social, personal, cultural...

Si hoy os hablamos sobre este tema, es porque ambos
, a lo largo de nuestros más de 14 años de pareja, hemos vivido muchas anécdotas en compañía de gente que nos conoce lo suficiente o no. Ya estamos acostumbrados a expresiones arraigadas en el vocabulario habitual como "déjate de mariconadas", "no me seas maricón"..., o chistes sobre "mariquitas"... Aunque a veces duela y tengas que morderte la lengua por educación.
Recordamos una de esas anédotas que puede ilustrar lo que antes os comentábamos sobre la importancia de la palabra precisa. Fue uno de esos días en los que estábamos en una reunión de amig@s, dentro una caseta, en la feria de Utrera (la ciudad natal de JC, en la provincia de Sevilla) con nuestras amistades, vinitos, tod@s content@s y un contexto que propiciaba cantarnos un flamenquito del bueno, de ese que aunque con voz quebrada, sale del alma y transmite y llega tan hondo... Quienes conocen personalmente a JC, saben que una de sus pasiones es el flamenco y que, en situaciones como ésta, pierde la vergüenza y se "arranca" a cantar por bulerías, sevillanas, alegrías, soleares, rumbas... Realmente, disfruta cantando y poniéndole música a la vida. Volviendo a aquel momento, uno de nuestros amigos, le dijo: “Vamos, JC, cántate una de las tuyas...” Y sin dudarlo un instante, comenzó por bulerías una canción que, entre otras cosas dice: "Dame tu mano sin temor a equivocarte/Si tu me entiendes yo nunca voy a engañarte/Dame las cosas que nunca supieron darme/Te llenaré de amor.../Y no hagas caso de lo que diga la gente/Tienen envidia porque amamos libremente/Porque mi amor es como un pájaro silvestre: no se puede enjaular....”
Mientras cantaba, JC no podía evitar mirar a JM, porque muchas canciones le recuerdan momentos especiales de sus vidas compartidas, y en aquella letra estaba reflejada parte de su pequeña historia con la persona que ama.

Cuando terminó, una chica a la que hacía años que no veía desde que se fue a vivir a Madrid (amiga de otro amigo común), y que notábamos que nos observaba fijamente mientras cantaba, se nos acercó y preguntó al oído: “¿Os puedo hacer una pregunta sin que os molestéis?” “Claro que sí-le respondió JC- dime”. “¿JM y tú sois pareja?”. ¡La pregunta del millón! Ni JM ni yo somos de los que llevamos un cartel en la frente diciendo “¡¡¡ somos homosexuales !!!”, ni tenemos pluma, ni respondemos a la estética gay que venden los medios de comunicación -en muchos casos “hiper mega fashion” y sin duda, respetable- Pero JC no dudó un segundo en responderle que sí. Y ella, sonriente, prosiguió: "¡Qué alegría, me lo imaginaba! Conmigo no tenéis ningún problema; yo soy una persona muy tolerante con los gays”. La palabra “tolerante” en referencia a nosotros resultó como una cuchillada en el pecho, pero JC tuvo las fuerzas suficientes para continuar la conversación: “No te preocupes, nosotros también os toleramos a ti y a tu novio”. Aquella respuesta le cambió el semblante, tal vez porque esperaba que nos ruborizáramos, agacháramos la cabeza y con apenas un hilo de voz, le diéramos las gracias por su deferencia en "tolerarnos". Pero ya veis que no fue así, y la que se ruborizó fue ella.

Si acudimos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el verbo “tolerar” tiene varias acepciones:

-Sufrir, llevar con paciencia.
-Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
-Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
-Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.

Como se puede comprobar, casi todos los significados de este verbo hacen referencia a la acción de soportar, sufrir, permitir... Por lo tanto, entendemos que la persona que dice ser “tolerante” con algo o alguien, parece ocupar una posición superior, estar en posesión de la verdad o la razón y que cede ante algo o alguien en situación de inferioridad. Por el contrario, el “tolerado”, resulta ser una persona de condición diferente a lo normal, presuntamente ilícito o irrespetuoso, que se supone debe estar agradecido con que alguien le acepte o soporte..., según sus propias circunstancias. En alguna ocasión leímos (aunque ignoramos quién lo escribió) que “la tolerancia es un repudio disfrazado de buena voluntad”.

Las vivencias personales matizan la forma de interpretar y de recibir la información que nos llega desde fuera, y posiblemente, la chica protagonista de esta anécdota no tuviera la intención de ofendernos, aunque casi lo consigue (preferimos pensar a priori en la buena fe de las personas...). La experiencia de cada un@ es el filtro que muchas veces, inconscientemente, influye en lo que pensamos o hacemos. Son estas vivencias las que, entre otras cosas, nos hacen ser distint@s al resto de la comunidad en la que nos desenvolvemos. Sin duda, la educación recibida, y por supuesto, el pasado vivido, marcarán siempre el contenido de nuestros propios mensajes internos antes de emitirlos al exterior. No obstante, nosotros seguiremos siempre esforzándonos por encontrar, para cada momento, para cada persona..., la palabra precisa. Y en este caso, no puede ser otra que la de “RESPETO”.

(JM y JC)
P.D.: Gracias, amiga June por contribuir al respeto y la igualdad a través del lenguaje.

miércoles, 4 de julio de 2007

MUCHO MÁS QUE "ORGULLO"...








El 28 de junio se conmemora el “Día del Orgullo Gay”, si bien, siempre he preferido el término “homosexual”, ya que es mucho más integrador, incluyendo tanto a hombres como a mujeres que tienen la condición sexual -que no “opción”, insisto- de amar a otra persona de su mismo sexo; y todo ello sin obviar a las personas transexuales, de las que con frecuencia solemos olvidarnos pese a su dramática situación, en la mayoría de los casos.

Madrid fue designada hace algún tiempo como sede de la “Euro Pride 2007”, como fruto de la aprobación en España de la Ley de Matrimonios Homosexuales, en julio de 2005. Una normativa ciertamente vanguardista y prototipo para otros países, especialmente, de la Unión Europea, que están estudiando la posibilidad de aprobar leyes similares ante la presión de los colectivos afectados que reclaman, simplemente, su igualdad respecto del resto de matrimonios o uniones civiles de carácter heterosexual. En definitiva, su derecho a ser considerad@s PERSONAS.

Si bien la capital de España está aglutinando durante todos estos días la celebración de la gran parte de los actos más relevantes relacionados con el “Orgullo Gay” (está previsto que más de dos millones de personas participen en Madrid de estas celebraciones), quiero utilizar esta plataforma –mi propio blog- para informar de que en otras muchas ciudades fuera y dentro de España, como Sevilla (en la que vivo), se están llevando a cabo también diferentes eventos de carácter cultural, educativo, informativo, reivindicativo…, y por supuesto, festivo.

Lo que me indigna a este respecto, es que los medios de comunicación únicamente ofrezcan a la opinión pública la imagen más lúdica y “frívola” (si se me permite esta expresión) de este “colectivo”. Tan sólo muestran imágenes de cabalgatas con cuerpos esculturales semi desnudos, drag queens, hombres y mujeres en actitud provocadora que se besan y lamen sus cuerpos sudorosos y musculados..., haciendo caso omiso de una realidad que “afecta” a millones de personas en todo el mundo, ya sean alt@s, baj@s, discapacitad@s, pobres, ric@s, perseguid@s por la justicia por su condición sexual… Obviando el hecho de que el “Orgullo Gay” es mucho más que un desfile lleno de euforia y diversión. ¿Dónde se habla de las charlas, coloquios, información sobre educación en el respeto y la igualdad…, de los 70 países del mundo –aproximadamente- en los que la homosexualidad es castigada con la pena de muerte, cárcel u otras sanciones de carácter delictivo o penal? Y aunque esta información “no venda ni tenga morbo” en los medios de comunicación, lo cierto es que desde el colectivo de gays, lesbianas y transexuales se trabaja durante los 365 días al año, sobretodo durante estas fechas.

Consciente o inconscientemente, a la opinión pública se le está ofreciendo una imagen muy sesgada de la homosexualidad, con mensajes manifiestos –que no subliminales- de personas que sólo se preocupan del culto al cuerpo y la promiscuidad (con todos mis respetos para quien opte por esta forma de vida…)

Por supuesto que si actualmente me dieran a elegir entre ser o no homosexual, me quedaría con esta última opción, porque estoy orgulloso de la vida que llevo y de mi forma de ser. No renunciaría a la PERSONA que soy.

Por supuesto que defiendo la celebración del “Orgullo Gay”, así como el “Día de la Mujer” o “del Discapacitado”, por poner otros ejemplos de eventos reivindicativos de respeto e igualdad. Sólo que, por una parte, critico la forma en la que los medios de comunicación nos “encasillan” o “etiquetan” sin ver más allá del cristal, imperando criterios basados en la parcialidad que llenan los bolsillos de quienes los dirigen. Y por otra, me cuestiono si algunas veces no somos nosotr@s mism@s quienes tiramos piedras sobre nuestro propio tejado…

(JC)


martes, 27 de marzo de 2007


Que sí, que sí... Que ya llegó la primavera; algo desquiciada con tanto cambio climático, pero ya llegó, que lo dice el calendario...


Atrás quedó un invierno de días cortos, pero paradójicamente cálidos... Un invierno de árboles y cultivos más verdes de lo común en esos primeros meses del año, después de las intensas lluvias del otoño... Pero el invierno ya se fue; también desquiciado, confuso, como si hubiera vivido entre unas ropas que no son las suyas...

Pero no cabe duda de que ella ya llegó. Hoy sí. Hoy el intenso cielo azul cuya luz lo inundaba todo, me trajo aromas de rosas, azahar y jazmines que empiezan a abrir; de almendros y cerezos en flor... Toda una explosión de vida bajo un manto azul... Campos, callejuelas, balcones y jardines dibujados a capricho como el más bello cuadro realista, en un alarde de colores que no caben en mi maletín de acuarelas...

Los informativos muestran aún imágenes del norte de España cubierto de nieve y gente que a duras penas pasea por las calles resguardándose del crudo temporal... También en el sur la bajada de temperaturas nos ha hecho sacar de nuevo los abrigos y soltar más de un estornudo, bajo los efectos de catarros y resfriados que se resisten a marcharse, aunque ni siquiera ha llovido. Tan sólo días de aire fresco con alguna nubecilla tímida que pasaba de largo sin pena ni gloria...

Cuesta creerlo, pero así ha llegado esta desquiciada primavera; esa época en que Sevilla se viste con sus mejores galas para recibir con ímpetu dos de sus grandes fiestas: la Semana Santa y la Feria de Abril... Resumen de la filosofía de vida del pueblo andaluz, que pasa de la pena a la alegría de la misma forma alocada con la que el invierno cede su sitio a la primavera...
Ya llegó, sí, ya llegó... Cantarina, revoltosa, llena de energía, dando brincos como un potrillo desbocado... Así llegó... Hoy, al amanecer, abrí mis puertas y ventanas y la dejé pasar...

martes, 20 de marzo de 2007

A, E, I, O, U


Para quienes no la conozcáis, Lucía Echevarría es una escritora española, autora de libros como “Amor, prozac y otras dudas”, “Beatriz y los cuerpos Celestes”, “De todo lo visible y lo invisible”, “Un milagro en equilibrio”, etc. Reconozco que no he leído aún ninguna de sus novelas (de las que vende miles de ejemplares), pero sí muchos de sus artículos con los que se prodiga en revistas de actualidad, con alguno de los cuales me han sorprendido sus manifestaciones, afirmaciones y reflexiones. Asimismo, la he visto intervenir en numerosas ocasiones como tertuliana en varios programas de televisión, normalmente en defensa de posiciones cuestionables…

De cualquier forma, desde un punto de vista objetivo, Lucía Echevarría, ha sido desde sus comienzos una intelectual polémica, o tal vez, una mujer a la que la polémica le persigue. Prueba de ello, es que me costa que ha sido acusada de plagio, al menos, en dos ocasiones, por el poeta Antonio Colinas, hace unos años, y últimamente por un médico valenciano.

Pero el motivo por el que hoy os hablo de ella, se debe a una intervención suya en televisión, en la que declaró, hace unos meses, que “murciélago” era la única palabra en castellano que contenía las cinco vocales (a, e i, o, u).

Al poco tiempo, tuve la oportunidad de leer en la revista dominical “Magazine”, una carta firmada por un ciudadano, José Fernando Blanco Sánchez, que con muy sutil humor se refiere a la polémica declaración de esta escritora, de la siguiente forma:

Acabo de ver en la televisión estatal a Lucía Echevarría diciendo que “murciélago” es la única palabra en nuestro idioma que contiene las cinco vocales.
¡Confiturera, frene la euforia! Un arquitecto escuálido llamado Aurelio (o Eulalio o Ausencio...) dice que lo más auténtico es tener un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo de aquél viejo reumático, desahuciado y repudiado, que consiguiera en su tiempo ser esquilado por un comunicante que cometió adulterio con una encubridora cerca del estanquillo (sin usar estimulador).Señora escritora: si el peliagudo enunciado de la ecuación la deja irresoluta, olvide su menstruación y piense de modo jerárquico. No se atragante con esta perturbación, que no va con su milonguera y meticulosa educación, y repita conmigo, como diría Cantinflas: ¡Lo que es la falta de ignorancia!

Como podéis comprobar esta carta no deja indiferente a nadie, al menos a mí, que nunca me había planteado este asunto, y pone de manifiesto la cultura y el humor de quien la escribe. Después de leerla, me invadió la curiosidad y decidí investigar en mi lengua materna, el castellano, lo que me llevó a encontrar otras palabras “quintuvocales”: reumatismo, seguidora, esquinado, descuidado, opulencia, guitarrero, cuestionar, encubridora, numerosidad, tumefacción…

Como veis, nuestras cinco vocales pueden dar mucho juego si se pone algo de ocurrencia.

domingo, 18 de febrero de 2007

REJAS DE PAPEL



En estos días en que se está celebrando el macro juicio por las víctimas del atentado terrorista del 11-M (11 de marzo de 2004 en Madrid),con 191 personas muertas y casi 1.500 heridas, se me vienen a la mente las imágenes que tanto JM como yo vivimos aquella mañana de finales de invierno…

Mientras las bombas estallaban, yo esperaba en la estación de Chamartín, a punto de coger ese tren que me llevaba casualmente al pueblo de San Fernando de Henares, y que obligatoriamente tenía que pasar por las estaciones objeto de los atentados (línea C-2 de cercanías en dirección Guadalajara). Y digo “casualmente”, porque aunque trabajaba en otro lugar, precisamente aquel día tenía reunión en el Ayuntamiento de ese municipio madrileño. Gracias a “algo” o a “alguien”, me quedé dormido y desperté mas tarde de lo necesario… En cuanto a JM, las explosiones tuvieron lugar a escasos metros de su puesto de trabajo (Estación de Atocha), justo cuando ya se había incorporado a su mesa de despacho… Como todas las mañanas, nos habíamos despedido con un beso y un “hasta luego, nos vemos para comer…”

Aún conservo en la retina las noticias de pánico que llegaban confusas sobre consecutivas explosiones, mientras esperaba a coger aquel “tren de la muerte”… El servicio ferroviario fue suspendido en vista de los acontecimientos, aún sin datos confirmados ni cuantificados (las cifras se hacían infinitas: bombas, víctimas, herid@s, autoría,…) Todo era caos, y los munitos, interminables… Quise efectuar unas llamadas desde mi teléfono móvil, pero las líneas estaban colapsadas y la gente corría presa del pánico… Miedo del que yo también me contagié por no saber nada de JM, ni de algun@s compañer@s mí@s de trabajo que cogían aquel tren en las estaciones objeto de aquella masacre. Por unos minutos quedé inmóvil, sin saber dar un paso hacia ninguna dirección; petrificado en el andén ante las noticias que anunciaban por la megafonía de Chamartín.

Horas más tarde supe que JM fue con sus compañeros y compañeras de trabajo a donar sangre y a ayudar en el rescate de víctimas. Experiencia que él tampoco olvidará. De vuelta a casa, yo quedé preso en un interminable atasco de tráfico donde veía pasar decenas de ambulancias, taxis con pañuelos blancos asomando por sus ventanas y autobuses llenos de víctimas en dirección al Hospital de La Paz, frente al cual vivíamos. Poco a poco iba recobrando el sentido de la realidad y saliendo de la incredulidad que produce el despertarse de una pesadilla… Pero no quisiera recrearme aquí en los detalles de aquella nefasta experiencia…


Casi tres años después, ha comenzado el juicio a los presuntos autores de tal masacre. Y esto me ha hecho recordar imágenes e instantes que me empeñé en olvidar…

A alguien le llegué a escuchar decir que “España es un país donde matar no sale gratis, pero, según la ley, muy barato…” Y digo esto porque me indigna que el Fiscal de la causa haya pedido una pena de 38.000 años de cárcel para Mohamed “el Egipcio”, como principal inculpado del 11-M.

Cierto que una de las cosas que aprendí al estudiar el Derecho Penal Español en mi carrera de Derecho, es que la finalidad de la pena es la “reparación, regeneración y reintegración” de quien delinque. Ahora bien, ¿qué sentido tiene solicitar 38.000 años de cárcel, si se sabe que la Ley regula los instrumentos necesarios para que la persona culpable no cumpla ni siquiera 30 años de prisión, aplicando “atenuantes”, “buena conducta” , etc…

Esta misma situación es, desgraciadamente, extrapolable a otras personas que han cometido atentados en España, en nombre de la banda terrorista ETA que, pese a tener en “su currículo” muchos asesinatos atroces, son excarceladas por estricto cumplimiento de este “defectuoso” y “blando” Código Penal Español. Y a estos calificativos añado el de “injusto”. Sí, porque mientras terroristas salen de sus rejas y recobran una libertad que indigna a la mayor parte de la población (sin que manifiesten públicamente su arrepentimiento), hay otras personas presas sin que la reducción de la pena se les aplique, aunque sus delitos sean el fruto de un robo para poder comer, matar a alguien en defensa propia, cometer un homicidio involuntario por atropellar a alguien con su coche por llevar unas copas de más de alcohol, matar a un animal en peligro de extinción… Y todo ello, pese a su arrepentimiento, buena conducta, alargamiento de sus juicios sin consideración a su situación familiar, ni apenas recursos económicos para defenderse ante los Tribunales… Tampoco justifico estos delitos, calificados como tal por nuestro Ordenamiento Jurídico.

Antes estas situaciones, todas ellas delictivas, y salvando las distancias, vuelvo a reincidir en que no hacía falta pedir 38.000 años de condena para quienes cometen actos terroristas como el del 11-M y similares. Insisto: me resulta vergonzoso e indignante.

¡Cuánto mejor sería que nuestra legislación garantizara el cumplimiento íntegro de las penas ante delitos de esta envergadura, sin tener en consideración chantajes ni presiones de organizaciones pro-terroristas, que ponen a disposición de sus correligionari@s en prisión, todo un despliegue de recursos económicos y de defensa jurídica para que sus penas sean rebajadas y convertir las rejas de hierro en rejas de papel…!


(JC)

(Para quienes hemos sido víctimas, en mayor o menor medida, de varios atentados terroristas, noticias como éstas nos “revuelven” las entrañas y nos hacen posicionarnos de una manera clara, sin ingeniería lingüística, como suelen hacer desde ciertos grupos políticos… Y todo ello, en favor de la Paz y la Justicia, desprovistos de cualquier “tinte” partidista)

viernes, 16 de febrero de 2007

NO SABRÍA...


No sabría contar las horas que te sueño,
las que dedico a utopías que comparto contigo,
las veces en que pienso que mi vida
no tiene sentido si no es a tu lado…
El laberinto de calles donde me pierdo para respirar
el aire que me llega con tu inconfundible aliento,
pese a la distancia que tantas lunas nos separan…

No sabría encontrar palabras en mi diccionario
para expresar lo que tus ojos no descubren,
lo que los míos no consiguen transmitirte
en los silencios que nuestras bocas sellan…
Describirte el contenido del hueco más profundo
que mi corazón esconde, y al que no llegas,
tal vez porque conservo la llave sobre mi pecho…

No sabría encontrar las fórmulas mágicas
que pudieran darte la felicidad que te mereces
y convertirme en la mitad que complete ese corazón
que sientes tan vacío aunque nuestras manos se junten…
Mostrar mi desnudez frente a tu alma angustiada
que hace aguas en esta barca de maderas restauradas,
donde surgen grietas que no se curan con los parches…

Sólo sé que te amo desde lo más profundo,
que no encuentro recursos ni idiomas
para que desde tu lugar me comprendas…

Porque también yo necesito comprensión
y alguien que sea el cómplice de mis días,
de mis dolores, esos que tú descubres a medias…

No sabría decirte muchas cosas…
Tan sólo espero que comprendas que te quiero,
aunque “lo que te digan mis ojos, te lo desmienta mi boca”…

(JC)

(Ya sabes que te amo, pero no me cuesta repetirlo hasta la saciedad, aunque a veces, la realidad en la que vivo me supere...

Tal vez por eso, el corazón me dicta versos y no prosa)