martes, 20 de marzo de 2007

A, E, I, O, U


Para quienes no la conozcáis, Lucía Echevarría es una escritora española, autora de libros como “Amor, prozac y otras dudas”, “Beatriz y los cuerpos Celestes”, “De todo lo visible y lo invisible”, “Un milagro en equilibrio”, etc. Reconozco que no he leído aún ninguna de sus novelas (de las que vende miles de ejemplares), pero sí muchos de sus artículos con los que se prodiga en revistas de actualidad, con alguno de los cuales me han sorprendido sus manifestaciones, afirmaciones y reflexiones. Asimismo, la he visto intervenir en numerosas ocasiones como tertuliana en varios programas de televisión, normalmente en defensa de posiciones cuestionables…

De cualquier forma, desde un punto de vista objetivo, Lucía Echevarría, ha sido desde sus comienzos una intelectual polémica, o tal vez, una mujer a la que la polémica le persigue. Prueba de ello, es que me costa que ha sido acusada de plagio, al menos, en dos ocasiones, por el poeta Antonio Colinas, hace unos años, y últimamente por un médico valenciano.

Pero el motivo por el que hoy os hablo de ella, se debe a una intervención suya en televisión, en la que declaró, hace unos meses, que “murciélago” era la única palabra en castellano que contenía las cinco vocales (a, e i, o, u).

Al poco tiempo, tuve la oportunidad de leer en la revista dominical “Magazine”, una carta firmada por un ciudadano, José Fernando Blanco Sánchez, que con muy sutil humor se refiere a la polémica declaración de esta escritora, de la siguiente forma:

Acabo de ver en la televisión estatal a Lucía Echevarría diciendo que “murciélago” es la única palabra en nuestro idioma que contiene las cinco vocales.
¡Confiturera, frene la euforia! Un arquitecto escuálido llamado Aurelio (o Eulalio o Ausencio...) dice que lo más auténtico es tener un abuelito que lleve un traje reticulado y siga el arquetipo de aquél viejo reumático, desahuciado y repudiado, que consiguiera en su tiempo ser esquilado por un comunicante que cometió adulterio con una encubridora cerca del estanquillo (sin usar estimulador).Señora escritora: si el peliagudo enunciado de la ecuación la deja irresoluta, olvide su menstruación y piense de modo jerárquico. No se atragante con esta perturbación, que no va con su milonguera y meticulosa educación, y repita conmigo, como diría Cantinflas: ¡Lo que es la falta de ignorancia!

Como podéis comprobar esta carta no deja indiferente a nadie, al menos a mí, que nunca me había planteado este asunto, y pone de manifiesto la cultura y el humor de quien la escribe. Después de leerla, me invadió la curiosidad y decidí investigar en mi lengua materna, el castellano, lo que me llevó a encontrar otras palabras “quintuvocales”: reumatismo, seguidora, esquinado, descuidado, opulencia, guitarrero, cuestionar, encubridora, numerosidad, tumefacción…

Como veis, nuestras cinco vocales pueden dar mucho juego si se pone algo de ocurrencia.

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