No sabría contar las horas que te sueño,
las que dedico a utopías que comparto contigo,
las veces en que pienso que mi vida
no tiene sentido si no es a tu lado…
El laberinto de calles donde me pierdo para respirar
el aire que me llega con tu inconfundible aliento,
pese a la distancia que tantas lunas nos separan…
No sabría encontrar palabras en mi diccionario
para expresar lo que tus ojos no descubren,
lo que los míos no consiguen transmitirte
en los silencios que nuestras bocas sellan…
Describirte el contenido del hueco más profundo
que mi corazón esconde, y al que no llegas,
tal vez porque conservo la llave sobre mi pecho…
No sabría encontrar las fórmulas mágicas
que pudieran darte la felicidad que te mereces
y convertirme en la mitad que complete ese corazón
que sientes tan vacío aunque nuestras manos se junten…
Mostrar mi desnudez frente a tu alma angustiada
que hace aguas en esta barca de maderas restauradas,
donde surgen grietas que no se curan con los parches…
Sólo sé que te amo desde lo más profundo,
que no encuentro recursos ni idiomas
para que desde tu lugar me comprendas…
Porque también yo necesito comprensión
y alguien que sea el cómplice de mis días,
de mis dolores, esos que tú descubres a medias…
No sabría decirte muchas cosas…
Tan sólo espero que comprendas que te quiero,
aunque “lo que te digan mis ojos, te lo desmienta mi boca”…
(JC)
(Ya sabes que te amo, pero no me cuesta repetirlo hasta la saciedad, aunque a veces, la realidad en la que vivo me supere...
las que dedico a utopías que comparto contigo,
las veces en que pienso que mi vida
no tiene sentido si no es a tu lado…
El laberinto de calles donde me pierdo para respirar
el aire que me llega con tu inconfundible aliento,
pese a la distancia que tantas lunas nos separan…
No sabría encontrar palabras en mi diccionario
para expresar lo que tus ojos no descubren,
lo que los míos no consiguen transmitirte
en los silencios que nuestras bocas sellan…
Describirte el contenido del hueco más profundo
que mi corazón esconde, y al que no llegas,
tal vez porque conservo la llave sobre mi pecho…
No sabría encontrar las fórmulas mágicas
que pudieran darte la felicidad que te mereces
y convertirme en la mitad que complete ese corazón
que sientes tan vacío aunque nuestras manos se junten…
Mostrar mi desnudez frente a tu alma angustiada
que hace aguas en esta barca de maderas restauradas,
donde surgen grietas que no se curan con los parches…
Sólo sé que te amo desde lo más profundo,
que no encuentro recursos ni idiomas
para que desde tu lugar me comprendas…
Porque también yo necesito comprensión
y alguien que sea el cómplice de mis días,
de mis dolores, esos que tú descubres a medias…
No sabría decirte muchas cosas…
Tan sólo espero que comprendas que te quiero,
aunque “lo que te digan mis ojos, te lo desmienta mi boca”…
(JC)
(Ya sabes que te amo, pero no me cuesta repetirlo hasta la saciedad, aunque a veces, la realidad en la que vivo me supere...
Tal vez por eso, el corazón me dicta versos y no prosa)
1 comentario:
Lo de meter la pata lo decía sólo por malinterpretar el comentario de Tico. Por lo demás, estoy bastante de acuerdo con vuestra opinión. Y sobre todo creo que en Euskadi debiéramos de ser más firmes y repudiar de una manera más clara esas formas de intolerancia de las que habláis. Bueno, creo que hablando se entiende la gente y que vosotros y yo podemos ponernos de acuerdo en casi todo. Besos
Publicar un comentario